En este momento de mi vida, luego de muchos años de estudiar la Sabiduría Universal o Filosofía Perenne o Pansofía, y de luchar por consolidar un estilo de vida consecuente con todo lo que abarca ese maravilloso y majestuoso universo de conocimientos provenientes de la sabiduría oriental (de la India, de China, de Egipto, de la antigua Persia); de la filosofía griega (que a su vez incluye el ascetismo y el estoicismo); y de la teosofía, la masonería, el hermetismo, la ética atemporal, la metafísica, la escolástica, etc.), me siento feliz de tener la dicha de compartir una frase que ignoro si alguien antes de mí ya la había acuñado, y que sintetiza en forma lacónica y elocuente, todo ese maravilloso espectro de conocimientos trascendentales. Dicha frase es la siguiente: ¡PASIÓN POR EL DESAPASIONAMIENTO! Y si esta frase tiene un significado impactante y estimulante para ti, y si además aspiras a que tu vida sea consecuente con dicha frase o norma, entonces tendrías que ser capaz de liberarte de la gran dependencia que tienes con los deseos, con las emociones fuertes y con los motivos materiales-personales como medios para sentirte entusiasmado, motivado, feliz, y para estar convencido de que tu vida tiene una razón de ser. Deberías dar un paso al lado y salirte del gran rebaño de ovejas domesticadas cultural y religiosamente, y su mundo de ilusión e ignorancia, lleno de cosas fugaces, impermanentes, transitorias, y mutables. Cuanta mayor sea tu liberación, mayor será tu autorrealización espiritual, y más valiosos serán tus méritos como aspirante espiritual.

La pasión por el desapasionamiento significa que eres un artesano de tu yo superior (o tu espiritual no yo), y únicamente los artesanos de su voluntad clarificada espiritualmente, serán capaces de utilizar esta vida no como un fin para colmar los deseos y las pasiones, sino para evolucionar y aspirar a la unión divina.

Con la práctica disciplinada, metódica y permanente de dicha premisa o norma (vivir con pasión por el desapasionamiento), llegará el tiempo en el que tu alma se conservará bastante limpia de agentes tóxicos y/o contaminantes, y en el que podrás experimentar con cierta frecuencia, un maravilloso bienestar que no depende de ningún apego, que no está condicionando a la posesión de un determinado bien material o personal, sino que es un bienestar derivado de la libertad absoluta en relación con la materia y el deseo. Es un bienestar que tiene lugar en tu yo interior y que no puede ser afectado o condicionado por el mundo mezquino de los deleites, los apegos, los deseos y las pasiones. Es un bienestar que tiene la virtud de hacer que tu ensimismado yo desaparezca, y que en su lugar florezca el espiritual no yo, que es idéntico a lo que los místicos cristianos llamaron la “santa indiferencia”.

En ese estadio existencial de plenitud que es la Unión Divina, no existen por definición, los deleites, los apegos, los deseos, las pasiones, los motivos, la vanidad, los condicionamientos. El estadio existencial de plenitud es el desapasionamiento absoluto. Durante nuestra breve estancia en el mundo material, tenemos que desenvolvernos mediante un estilo de vida lo más cercano posible a ese mundo espiritual de desapasionamiento. Tenemos que vivir como si no tuviéramos personalidad egoísta. Si nuestras vidas no guardan cierta coherencia con la esencia de lo que es la Unión Divina, estaremos evidenciando un grado de evolución espiritual muy pobre y que por lo tanto, aún no estamos preparados para la unión con el Poder Superior.

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Javier Soto
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Javier Soto

Soy costarricense, tengo 52 años, desde hace 10 años soy un profesional independiente, lo cual me liberó de horarios y me ha facilitado profundizar más mis estudios en la filosofía perenne o pansofía. He sido un buscador de ese “máximo factor común” de las religiones y de las diferentes sabidurías, que reúne y armoniza los ingredientes más importantes de cada una de ellas, lo cual es muy importante para mí, ya que de esa forma puedo tener certeza sobre cuál es la “mejor estrategia posible” para amar, conocer y unirme al Poder Superior antes y después de mi muerte material. La iglesia unitaria universalista representa y estimula en sus miembros esa búsqueda del máximo factor común. Por eso es mi segunda casa.