Un nuevo año en el calendario cristiano gregoriano ha comenzado, y con ello vienen también balances, reflexiones y buenos deseos para todxs los seres que habitan esta tierra, y especialmente para toda la hermandad Unitaria Universalista.

 

Con mucho gusto quiero saludar a toda la hermandad Unitaria Universalista (UU), en especial a quienes siguen este espacio de espiritualidad. Ya entramos al 2020 conforme al conteo del tiempo cristiano-gregoriano, sin olvidar que en otras culturas o tradiciones el año actual es otro: 5780 para los judíos,  1441 para los musulmanes y  4718 para los chinos, por citar algunos ejemplos. Lo mismo se puede decir para el día oficial en que se inicia cada año, ya que este varía también según la cultura. En mi natal Chile se acostumbra a recibir el 1 de enero un nuevo año cristiano-gregoriano con mucho fervor pero cada vez se ha hecho muy popular celebrar el año nuevo mapuche, conocido como We Tripantu, durante los últimos días del mes de junio que coinciden con el solsticio del invierno austral, en una ceremonia conectada con la tierra.

Debo admitir que 2019 para mí fue un año extraño y especial, para no caer en la negatividad de decir que no fue un buen año, ya que siempre puede haber cosas positivas que valen la pena rescatar y agradecer, incluso aquellas cosas desfavorables que también dejan enseñanzas. En lo personal me tocó ver cómo mi amada madre cayó seriamente enferma, lo que me hizo reflexionar sobre la fragilidad del ser humano pero a la vez reflexionar en la fortaleza que una persona como ella puede tener para mentalizarse en su mejoría. A fin de cuentas cada ser humano es una dualidad de fragilidad y fortaleza, y algo casi misterioso o inexplicable le permite reponerse y seguir viviendo a estas alturas del tiempo.

Y por otro lado me impactó el hecho de ver cómo Chile y otros rincones de Sudamérica y del mundo experimentaron fuertes acontecimientos sociales, en los que se evidenciaron aspectos positivos y también negativos de una sociedad inquieta, lo que me hizo reflexionar nuevamente en cuán frágil y cuán fuerte puede ser una persona así también la sociedad en su conjunto. Me aterraba saber de muertes y violencia desde un grupo como del otro en sus múltiples formas. Pese a escenas fuertes y noticias que me hicieron cuestionar la bondad intrínseca que se tiene y con la cual se nace, me di nuevamente cuenta que siempre fuimos y siempre seremos seres imperfectos que sueñan con ser mejores y vivir mejor, y que siempre estaremos en ese proceso de superación. A ratos se dan pasos adelante y a ratos se retroceden otros, quedando muchas veces un saldo negativo en los múltiples aspectos de la vida, pero con la sensación de que la espiritualidad contribuye a no caer en estados de desesperanza. En fin, en ocasiones reflexionaba sobre los tiempos actuales, estos tiempos de redes sociales, de juventud empoderada y de una cuasi automatización de todo lo cotidiano mientras el planeta sufre por tanta gente que lo habita, demandando sus recursos naturales y lidiando con cambios profundos que se están dando a la velocidad de la luz prácticamente.

Pese a ello, no me gusta ser pesimista sino más bien optimista al largo plazo. A fin de cuentas tenemos todxs el derecho a un mundo más amable y el ahora, es la oportunidad para mentalizarse mucho más en ello. Sea bajo la Cruz del Sur -grupo de estrellas que desde mis tiempos de niño explorador despertaba mi atención y que siempre miro en una noche despejada como si se tratase de un farol infinito- o sea bajo cualquier estrella visible en la otra mitad del mundo,  la invitación para este 2020 es estar siempre con el espíritu arriba, nutrido y fortalecido con los principios del Unitarismo Universalista que nos mueven y por las fuentes sagradas que nos enseñan a ser mejores, con la mente puesta en lo que nos une más que en lo que nos divide. 2019  ya ha quedado atrás con sus cualidades y defectos, sin embargo que este 2020, o cualquier número de año que queramos asignarle, nos mantenga conectadxs y unidxs en este nuevo ciclo de tiempo que acaba de comenzar, bajo un mismo suelo y bajo un mismo cielo mirando un futuro que estará lleno de sorpresas. Bendiciones para todxs.

 

2019, 2020, nuevo año, sociedad

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Raul Martinez Quiroz
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Soy integrante del Ministerio UU Latino. Me dedico principalmente a la docencia, impartiendo clases a jóvenes y adultos. Por muchos años he colaborado para iniciativas de apoyo hacia las personas de la diversidad sexual y de identidad género, migrantes, medio ambiente y más. Soy un apasionado de la fotografía y me entretiene retratar lo que me rodea.
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