En la madrugada del domingo 12 de junio de 2016, en una discoteca gay en la ciudad de Orlando Florida, 49 jóvenes fueron asesinados cobardemente y 53 se están debatiendo entre la vida y la muerte en varios hospitales locales por las heridas causadas por los disparos indiscriminados hechos por Omar Mateen, un musulmán americano de 29 años nacido en Nueva York de padres afganos quien trabajaba como guardia de seguridad en una compañía local. El 75% de estos jóvenes en este atentado terrorista eran personas de origen latinoamericano.

Siempre que suceden este tipo asesinatos, las autoridades nos dicen que el perpetrador era un enfermo mental, o que fue un terrorista miembro de uno de los grupos extremistas musulmanes que actualmente existen.

Este tipo de masacre de odio no es un caso aislado, por el contrario, es más frecuente de lo que creemos:

El 17 de junio de 2015 en la Iglesia Metodista Episcopal Africana Emanuel en Charleston, Carolina del Sur, Dylann Roof un joven de 21 años de edad de raza blanca, empezó a disparar contra los fieles matando a 9 personas, incluido el Reverendo y Senador: Clement C. Pinckney. El FBI confirmo que se trató de un crimen de odio.

El asesinato de Daniel Zamudio en el 2012 en Santiago de Chile permitió que se visualizara este tipo de crímenes en los medios de comunicación y consecuentemente se trasladara a la opinión pública. En Chile el 42% de los jóvenes homosexuales reconocen haber sufrido acoso de manera frecuente según los datos difundidos por la organización Todo Mejora.

Según el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual de Chile la discriminación contra gays, lesbianas, bisexuales y transexuales creció en el 2011 un 34%.

El asesinato de Zamudio llevó al Presidente Sebastián Piñera, a tramitar con urgencia una ley que llevaba siete años paralizada en el Congreso para luchar contra la discriminación racial y la homofobia.

En Perú, entre los años 2006 y 2011, 259 personas fueron asesinadas por su orientación sexual e identidad de género.

México es el país con mayores índices de crímenes de odio según el Informe de crímenes de odio por homofobia. En este informe realizado por la organización Letra S, desde 1995 a 2008 se han producido en el país 628 crímenes de odio contra homosexuales, alcanzando su punto álgido en 2005 con 104 víctimas.

Cuando alguien es asesinado por su orientación sexual y/o su identidad de género estamos frente a un crimen de odio. Estados Unidos, América Latina y el resto del mundo no se libran de la existencia de este tipo de crímenes, algo que además se ve influenciado por una visión cultural y religiosa profundamente machista.

En los casos de las pesrsonas muertas por su orientación sexual y/o género, las autoridades respectivas a veces logran atrapar o matar en el intento, a los asesinos materiales pero nunca se detiene a los asesinos intelectuales.

Como decimos en México: “Tanto peca el que mata la vaca, como el que le detiene la pata”, esto quiere decir, que tan culpables son aquellos que disparan contra los miembros LGBTQ, como aquellos que de alguna manera directa o indirecta promueven la violencia contra este grupo de personas.

Un ejemplo clásico de estos asesinos intelectuales fue Adolfo Hitler. Hitler nunca empuño un arma para matar a los judíos, homosexuales u otros grupos minoritarios durante la Segunda Guerra Mundial, pero sus discursos incendiarios de odio, hicieron que personas como ustedes o como yo, fuéramos los asesinos de estos grupos de personas.

Actualmente este tipo de asesinos intelectuales van desde presidentes, diputados, gobernadores y algunos miembros del clero.

Todos sabemos de los discursos llenos de odio de Donald Trump, candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, los cuales anidan profundamente en las mentes de sus seguidores, “los salvadores de la sociedad americana”.

Entre el clero cristiano y católico el odio hacia los homosexuales crece en forma exponencial, he aquí algunos ejemplos de los muchos que se dan por todo el mundo.

El Pastor cristiano Steven Anderson cuyo odio no conoce límites, celebró la muerte de los 49 jóvenes en la discoteca gay en Orlando en un sermón de 4 minutos donde cita a la Biblia como justificación de por qué tenían que morir. Y si no hubiera sucedido a través de un asesino, debería haber sucedido a través de la ejecución por parte del gobierno, afirmo.

El obispo de Morelia, México, Alberto Suárez, cataloga a los homosexuales como animales, con inclinaciones a perpetrar actos que ni los perros tienen entre sus conductas.

Consideraciones similares a las de Suárez Inda han sido expresadas por los cardenales Norberto Rivera y Juan Sandoval Íñiguez, así como por el obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda. El inefable trío no ha vacilado en satirizar y arrojar epítetos escarnecedores contra los homosexuales y quienes aprobaron los matrimonios entre personas del mismo sexo en el Distrito Federal.

El obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig, arremetió en una misa contra los homosexuales, afirmando ante sus fieles que «aquellas personas llevadas por tantas ideologías acaban por no orientar bien la sexualidad humana», lo que se traduce en que «piensan ya desde niños que tienen atracción por las personas de su mismo sexo». También acusó a los homosexuales de corromperse y de prostituirse. Para finalizar, aseveró que los homosexuales para comprobar lo anterior, «se corrompen y se prostituyen, o van a clubs de hombres nocturnos», donde según él, «encuentran el infierno”.

El papa Benedicto XVI dijo en un discurso a los diplomáticos que trabajaban en el Vaticano que “el matrimonio homosexual es una de las amenazas graves contra la familia tradicional que socavan el porvenir mismo de la humanidad».

El cardenal de Santo Domingo, Nicolás de Jesús López Rodríguez, en el 2010 dijo sobre el matrimonio gay: “Este es un plan macabro para exterminar a la humanidad… me opondré hasta la muerte al matrimonio gay; el SIDA es un acto de justicia… jugar con la naturaleza del amor conduce a catástrofes así”.

El Arzobispo de Valencia, Agustín García Gasco: «La ignorancia, el desprecio o la animadversión contra el matrimonio y la familia conllevan funestas consecuencias para el futuro de la sociedad, para el fundamento de la convivencia democrática y para el bienestar y la felicidad de las personas».

Amén de todos los fabricantes de armas, las cuales se venden indiscriminadamente a cualquiera que las solicite en cualquier parte del mundo, llegando así, a manos de personas enfermas de odio inspiradas por todos estos líderes políticos y religiosos.

Estos son el ejemplo de algunos de los verdaderos asesinos detrás de los ejecutores de las muertes cuyas palabras anidan en una parte de la sociedad, creando la sensación de que ellos están haciendo justicia, la justicia divina.

Y después de cada acto de lesa humanidad, todos los políticos y religiosos del mundo, envían sus condolencias a los familiares de las personas fallecidas. ¡Basta de condolencias! Mejor controlen la venta de armas y que los líderes políticos y religiosos no ocupen su tiempo para insultar, menospreciar o denigrar a aquellos que son y piensan diferente a ellos. Si guardáramos un minuto de silencio por cada muerte debido a esos discursos de esos asesinos intelectuales, la humanidad se quedaría muda por mucho tiempo.

Finalmente, Benito Juárez, un presidente mexicano dijo: “Entre las naciones como entre los individuos, el respeto al derecho ajeno es la paz” o como dice nuestro primer principio UU “Respetar el valor y la dignidad inherentes de cada persona”. Amar a nuestro prójimo es la clave.

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Roberto Padilla

El doctor Roberto Padilla es miembro de la Primera Iglesia Unitaria de San Jose, California.
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